lunes, 11 de agosto de 2008

La cirugía metabólica es uno de los medios más efectivos para tratar la obesidad

La revista británica New Scientist publicó que científicos probaron que el 98 por ciento de personas obesas y diabéticas que se sometían a cirugía gástrica, se curaban de la diabetes tipo 2.

Para Lilian Quiñónez, de 46 años, la diabetes 2 era uno de los padecimientos adicionales que sufría como consecuencia de su peso excesivo, pues también tuvo que lidiar con problemas pulmonares y cardiacos, así como la discriminación por parte de las personas en su entorno. “Todos me miraban de pies a cabeza, como a una extraña”, recuerda. Sus actividades diarias también se vieron afectadas, pues desde mayo de este año, y por un lapso de unos 45 días, no pudo caminar por la osteoartritis enfermedad que ocasiona el desgaste del cartílago entre las articulaciones de los huesos y que genera rigidez. Ella la padeció en su rodilla izquierda. Mal acumulado La obesidad es una enfermedad que se deriva, entre otros factores, por la constitución genética, una dieta alta en grasas y falta de actividad física. Lilian confiesa que por muchos años comió de manera desordenada. Roberto Baldizón, médico especialista en cirugía para la obesidad de la Clínica Bariátrica, indica que el sobrepeso se origina cuando las personas ingieren más calorías que las que consumen. Los daños que ocasiona el excesivo peso se ven en poco tiempo y en muchas ocasiones incluso resultan mortales. Asimismo, el control de las enfermedades derivadas es exigente y económicamente costoso. Lilian, por ejemplo, tuvo que cumplir, por 16 años, con estrictos tratamientos médicos para regular su presión arterial. Además, en 2003 se le diagnosticó intolerancia a la glucosa y, este año, para colmo de males, fue declarada diabética. Debido a este cuadro con tendencia a agravarse, en 2005 comenzó a buscar ayuda. Cierto día, en un documental de televisión observó el procedimiento quirúrgico que se le practicaba a una persona para bajar de peso. “Pensé que era cirugía plástica”, cuenta. Al poco tiempo, le comentó esa inquietud a su médico, quien a su vez la refirió con Baldizón. El procedimiento que había visto por TV era una cirugía metabólica (bypass gastroenterológico): era el principio de un cambio radical en su vida. ¿Solución para la diabetes tipo 2? Recientemente, la revista británica New Scientist publicó que científicos franceses, italianos y brasileños probaron que el 98 por ciento de personas obesas y diabéticas que se sometían a cirugía gástrica, se curaban de la diabetes tipo 2. Según el equipo de investigadores, esa enfermedad desaparece demasiado rápido como para atribuirse a la pérdida de peso. En Guatemala ya se practica desde hace algún tiempo este tipo de procedimiento quirúrgico, al igual que en países como Costa Rica, México o República Dominicana. Sin embargo, en nuestro país aún se conoce muy poco de ello. “Está comprobado que el paciente obeso con diabetes tipo 2 que se somete a cirugía para perder peso se cura de su diabetes casi automáticamente”, confirma el médico Fernando Montúfar, especialista en tratamiento de la obesidad y reflujo gastroesofágico del Hospital Las Américas. En el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) también se efectúa la operación. Por supuesto, el médico es quien decide si el paciente es o no candidato para ese tratamiento. Lilian, de 1.62 metros y 258 libras de peso, ingresó a la Clínica Bariátrica. Además de la posibilidad de perder las libras de más, se enteró que también podría eliminar la diabetes tipo 2. Esperanzada, ingresó a la sala de operaciones el 17 de agosto pasado. ¿En qué consiste? Existen tres tipos de intervenciones gastroenterológicas: la restrictiva (que reduce la capacidad del estómago para almacenar y procesar alimentos, por lo que el paciente tiene menos sensación de hambre), la malabsortiva (que altera el proceso de digestión y evita el paso del alimento a través del duodeno) y la mixta (una mezcla de las dos anteriores y que restringe la capacidad del estómago mediante una banda de silicón, sin seccionar el estómago). Una variante es el bypass gastroenterológico tipo Capella Fobi. Baldizón explica que en este procedimiento se hace un corte vertical del estómago, quedando sólo una pequeña “bolsa”, larga y angosta. Asimismo, el yeyuno (parte media del intestino delgado) se corta y se une directamente a ese “nuevo” y pequeño estómago, mientras que la parte alta del intestino delgado (duodeno), se une más abajo con el yeyuno. De esa forma, el alimento deja de utilizar el resto del saco estomacal y llega directamente hacia el yeyuno. Luego de la cirugía, el duodeno sólo funciona como medio conductor del jugo biliar y pancreático. Esta cirugía, además de eliminar la obesidad mórbida, es la que más incide en la curación de la diabetes tipo 2. ¿El por qué de la curación? Existen dos teorías que tratan de explicar la causa de la diabetes tipo 2. Una es que en el duodeno se producen ciertas hormonas y que, al pasar por ese sitio grasas y carbohidratos, se producen efectos como la disminución de la respuesta de la insulina. Al respecto, Montúfar menciona que cuando “los carbohidratos pasan por el duodeno producen una estimulación ‘negativa’ del páncreas. De esa forma, se producen secreciones de algunas hormonas y glándulas que bloquean el buen funcionamiento pancreático o vuelven lenta la secreción de insulina o glucagón”. La otra teoría es que, debido a una dieta exagerada de grasa y carbohidratos, la persona experimenta la “sobreproducción de un factor desconocido que daña a las incretinas (hormonas), lo que hace que se produzca insuficiente insulina”, explica Baldizón. De acuerdo a Montúfar, la clave en que la diabetes tipo 2 desaparezca es que los carbohidratos no pasen por la zona del duodeno, pues esa situación favorece a que el páncreas tenga un funcionamiento adecuado. Confiesa: “Aún se desconoce qué es exactamente lo que sucede”, pero los estudios son alentadores en cuanto a la curación de la diabetes tipo 2 en personas no obesas, refiere el especialista. Baldizón considera que en dos o tres años ya podrían haber conclusiones en cuanto a la efectividad real de un bypass gastroenterológico para diabéticos no obesos. Los niveles de glucosa en la sangre de Lilian, antes de la operación, estaban arriba de lo normal. “Mi mejor resultado fue de 143” miligramos por decilitro de glucosa, “y eso que tomaba medicamentos”, refiere. Luego de la operación, y ese mismo día, su glucosa se normalizó: están entre 70 y 90. Lo normal en una persona saludable es entre 70 y 110. Asimismo, su hipertensión arterial casi ha desaparecido, ha perdido 42 libras en sólo dos meses y su meta es llegar a pesar entre 140 y 150. Felizmente, la diabetes tipo 2 que sufría se esfumó por completo de su vida. Fuentes consultadas: Clínica bariátrica, tel.: 2361-6090; Fernando Montúfar, tel.: 2384-3535 / 2363-5321. Comunicación social del IGSS.

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